Queridos amigos de la prensa, primero que nada quiero darles las gracias por su trabajo e interés. Siempre nos hemos llevado MUY bien, siempre platicamos con simpatía, integridad y respeto de ambas partes. Ayer, sin embargo, cuando salí de un evento temprano (porque tenia otro compromiso que atender) sentí un trato muy diferente de su parte y, por primera vez, me sentí agredida. Mas allá de que me hayan agarrado por sorpresa, fui criada en un ambiente en donde la mujer no se merece ningún maltrato por ninguna razón o circunstancia. Considero que acorralar, jalar, pisar, aventar, gritar, rasguñar y colocar cámaras luces y micrófonos a centímetros de mi cara no es la mejor manera de aproximarse a una dama y, en mi humilde opinión, tampoco debería de estar en la descripción de su trabajo. Estos actos y comportamientos hacia una mujer no pueden ser justificados escudándose en querer obtener unas palabras o una declaración. Nunca fué mi intención no atenderlos pero de verdad me asusté, nunca había pasado por algo similar, nisiquiera con mi novio y, no esperaba un trato tan hostil de parte de nadie. Yo siempre tendré una sonrisa y una buena cara con ustedes mientras haya paz y respeto mutuo.

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