De verdad viene un pleito en el Chavismo

Alberto Franceschi G.

Aunque muchos crean de manera simplificada que solo hay que esperar a rendiciones frente a los herederos chavistas y otro tanto sueña con la gran revancha que los expulse radicalmente del poder, la realidad que confrontaremos es una muy distinta a estas polaridades de los espíritus singularmente esquemáticos.
Como analizamos escenarios donde actúan “marxistas” permítaseme usar su bagaje ideológico para que se obliguen a considerar los siguientes argumentos en sus discusiones.
Vladimir Lenin señalaba, en sustancia, que una situación revolucionaria se caracteriza sencillamente “porque los de arriba no pueden seguir gobernando como antes, ni los de abajo están dispuestos a seguirles tolerando”. Para información de los ágrafos rojitos, debo recordarles que llamar revolución a la mascarada que montaron desde 1999, donde hay hasta una manera de orinar “revolucionaria”, es absolutamente equivoca, por cuanto la carga semántica de ese término designa una situación donde sí se ha producido una convulsión social e institucional, que altera la estructura de cualquier sociedad.
Es correcto afirmar que el régimen político fue cambiado licuando la división de poderes, generando un despotismo unipersonal y llevando al poder político y económico a una casta lumpen de voraces funcionarios con hambre de dinero mal habido, que quedará para la antología de las mayores estafas conocidas. También es cierto que amplios sectores populares fueron beneficiarios del asistencialismo masivo de migajas de ese poder corrupto. Es innegable que un sector de “los de abajo” siguen esperanzados con este régimen y constituirán todavía lo que quede de su base de sustentación política, que tenderá a evaporarse en medio de la crisis de empleo, inflación, carestía e insolvencia fiscal que le es concomitante.
Pero ahora lo concreto es que ese régimen se hace inviable con la muerte de su creador y sostén.
Concediéndoles erróneamente que se parezca al peronismo, deberemos pasearnos por los escenarios que inmediatamente después de la partida del inspirador y director de orquesta de aquel y de este movimiento, el émulo venezolano, vera surgir tantas tendencias como grupos de interés mafiosos o no deban arroparse sobre posicionamientos ideológicos, con discursos o hasta frases del caudillo extinto.
La verdad sea dicha hay para todos los gustos y cada cual encontrará un surtido impresionante de posturas contradictorias en el ideario del comandante.
Les recomiendo que le pidan a Globovision la colección de micros “aunque usted no lo crea” de donde obtendrían cada cual lo que les convenga.
Habrá una extrema izquierda, una izquierda moderada, una derecha y una extrema derecha en el arco iris ideológico chavista. NO nos apresuremos a identificarlos, porque pueden darnos sorpresas con las más variadas coaliciones internas. Nunca olvidemos que hay “fascistas de extrema izquierda” y también izquierdas tolerantes con formas institucionales semi-democraticas.
A estas últimas estaría apostando el llamado “caprilismo” de profunda raigambre de clase media avenida con el régimen y partidarios de acompañar a Maduro en su plan hasta el 2019, dándole garantías de ser confiables en el reconocimiento del árbitro, a cambio de un mejor lugar bajo el sol una vez superado el liderazgo real de Chávez.
Aunque les resulte escandaloso es esta la opción que prefieren los hermanos Castro, por cuanto es la menos traumática para que continúe el saqueo cubano a lo que queda de nuestras vacas gordas petroleras, a nombre de la herencia ideológica de HCF tutelada por el Partido Comunista Cubano.
Se ha especulado mucho sobre un posicionamiento militar nacionalista que estaría representado en Diosdado Cabello y que lógicamente implicaría una apertura en lo político y sobre todo en las libertades económicas, que se harían agónicamente necesarias apenas la tendencia al derrumbe se haga colapso en los próximos meses.
Siempre pensé y lo escribí, decenas de veces que a Castro lo que le interesa de Venezuela es que siga siendo un país CAPITALISTA de economía abierta al mercado mundial y donde él tenga acceso a muchos DOLARES GRATIS, y lo logró con Chávez, a Cuba le ha ido mejor con nuestro subsidio que con el soviético de obligado consumo en rublos no convertibles.
Siempre se dijo que Cuba sobrevivía por que los rusos le mandaban un millón de dólares diarios, se le olvidaba decir que era en su equivalente en rublos. Aquí no es rumor es un hecho que los Castro reciben entre 6.000 y 10.000 millones de dólares al año, nadie lo sabe con exactitud sino Fidel y Raúl, es decir entre 12 y 20 millones de dólares diarios.
Esa es una poderosa razón para que estén muy pendientes de quien puede seguir firmando los cheques. Y aunque esta sea aparentemente una cuestión secundaria, de eso dependen parte de los alineamientos ideológicos internos del chavismo, que determinaran si se alinean o no con la independencia política y los consejos macabros castristas para nuestro destino.
¿Sera cierto que Diosdado Cabello inspira una tendencia de corte rupturista con los Castro? Si es cierto entonces ni Maduro será electo, ni Capriles será su segundón de siempre, ni el país está condenado a padecer por otra década esta plaga roja estatista y repartidora de miserias.
Está en nosotros no brindarle a Maduro su segundón, hay otros que pudieran representarnos en otra dirección de dignidad. Allí están Andrés Velázquez peleando, Ledezma con entereza y sus raíces populares, María Corina con su gran talento y tenacidad, Diego Arria con su innegable representatividad, indispensable para un gran diálogo con defensa de principios, Pablo Medina con su intransigencia principista representando poderosos intereses de los trabajadores, Julio Borges representando el principal partido político del momento y Eduardo Fernández con sus consensos entre sectores con poderes facticos. La opción Capriles es simplemente descartable por ser la segunda parte de una postración de hinojos ya archivada en las ilusiones. Muchos estiman que el haberse salvado de la razzia del domingo 16 tiene demasiadas implicaciones para quienes asignan los roles de esta crisis que apenas comienza al expirar Chávez y para la cual se preparan a su manera cada sector: los blandos previendo nuestra candidatura perdedora y los duros asaltando el palacio de la gobernación del Zulia. En las elecciones generales del 7-O el señor Capriles no fue escogido por el electorado para dirigir el país, según él sin que mediara fraude alguno, en cambio el 16 D, sí lo eligieron para seguir en la gobernación y tiene entonces en sana lógica que: “cumplirle a Miranda”.
Para el pleito de mil caras que viene en el chavismo lo que más cuenta para nosotros es tener una dirección nuestra que pelee su hegemonía en el escenario, no en jugar otra vez a ser el segundón.

http://albertofranceschi.com/


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