Qué bonita experiencia tuve hoy, no me la esperaba. Vivo en una zona hiper-opositora y mi “cuartel general” está también en una zona así. De la oposición que se jura son los portadores de la “decencia” y de la “dignidad”; esa superioridad que creen tener y que te la hacen saber con su prepotencia recubierta de gestos y lenguaje cargado de frustración y resentimiento.
Como he comentado por este TL, mi “pan de cada día” es escuchar de este grupo: “colaboracionistas”, “traidores”, “vendidos”, “nos vendieron”, “Chamberlain”, “Petain”, “Vichy”. Todos los días ese bacalao.
A pesar que no hablo de política en la calle y le saco el cuerpo a ese tema cuando se presenta -a no ser que sea la Mesa, la universidad, o el trabajo, lugares en los que sí debo hablar de política- y ya no voy a medios de comunicación, foros, conferencias, y actividades de ese tipo, es inevitable escuchar esa música todos los días.
La nueva frase que se agrega al “léxico de la dignidad” es “ustedes”. Ahora sí es verdad q la gata se montó en la batea. Hoy, cuando te hablan, arrancan con “ustedes…..tal cosa”.
La experiencia es la siguiente: como parte de la Secretaría Ejecutiva de la Mesa, me tocó estar con Aveledo en una reunión de trabajo. Todo muy bien. Aveledo con su característico aplomo y sentido de la política, a pesar que las cosas están bien complicadas en lo político, según pude concluir. Terminó la reunión. Me fui caminando con Aveledo y #OhWait se acercó gente como uno -de a pie- para saludarlo con respeto y cariño, “me gusta lo q está haciendo”, “siga adelante”, “hace lo q tiene q hacer”, “mi familia está de acuerdo con lo q hace”, le dijeron. Estábamos en una zona diversa en sus públicos, variados en todas sus características.
Sorpresa para mi. Grata, por supuesto. Me alegré por Aveledo. Lo merece.
A pesar que no le hago caso al "qué dirán", si me dejo llevar por "la dignidad” pienso que estamos perdidos y no hay nada que hacer. Para la oposición de la “decencia”, nada sirve, todo está mal, y solo hay que esperar -palabra que no gusta, a menos que sea para forzar una situación- a que “Las Minitas” -la nueva esperanza- se alce para ver si ocurre el “estallido social” que acabe con todo, y así "depurar al sistema" para "volver a ser felices" y "unidos" (?).
Pero no, no fue eso lo que vi, sino gente de la calle que se acercó a un señor y le expresó la importancia de tener un sentido de Estado, en lenguaje popular.
Como dicen los expertos, una cosa es el país “real” y otra el país de Twitter. Hoy me di cuenta que esa tesis tiene base.
Los dejo. Ahora voy a almorzar mi tradicional sanduche de mortadela -el “jamón del pueblo”- y queso amarillo, con tres Boleros, y una deliciosa Coca Cola, la que con este calor, es “priceless”. Hay mucho trabajo pendiente. ¿Mi balance de la reunión? Las semanas que vienen serán definitorias y decisivas. El tiempo se agota y la capacidad de maniobra también. Otra vez me sale “acuartelamiento” para el fin de semana. Espero poder cumplir con todo en condiciones de presión y de responsabilidad

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