“No es delito político” (JMRG a La Patria)






“No es delito político”

Graves errores periodísticos de La Patria




La Patria de Manizales publicó el jueves 4 de diciembre un editorial titulado “No es delito político” en el que muestra errores que la prensa no puede permitir que se cometan, a pesar de que sea una prensa provincial que no tenga la atención nacional.

La premisa de La Patria es que el narcotráfico pueda declararse delito político.

Esa premisa es de toda falta de información de la propuesta y de toda falta de conocimiento de los procesos legales en general y del de un proceso de paz en poarticular.

Un periódico no puede hacer un editorial falto de información y tampoco falto de conocimiento del tema en el que pretende dar su opinión.

La Patria desconoce que los delitos per se no son los políticos sino sus causas y objetivos, lo que los motiva y lo que buscan.

Un asesinato no es político solamente porque un político lo cometa. Así como la violación de niños no es eclesiástica porque la cometa un sacerdote.

Todo delito se determina por varios factores entre ellos la motivación y lo que se logra con el delito. Un delito es político cuando sin importar quien lo cometa su origen y su producto son políticos.

Si un militar como el general Santoyo, de la guardia personal del presidente Uribe, se beneficia personalmente del narcotráfico y ese beneficio personal es el origen y el fin de su delito entonces es claro a todas luces que no es un delito político. Ese es el mismo criterio legal que se usa para determinar que el narcotráfico ejercido por las bacrim y los paramilitares son delitos ordinarios y no políticos.

Los paramilitares existieron apoyados en disposiciones legales del Estado pero sus delitos de narcotráfico nunca se originaron ni beneficiaron al Estado, sino a ellos personalmente.

De la misma manera que la ley determina que ningún asesinato es igual ni puede serlo y clasifica a los asesinatos en alevosos, no alevosos, en defensa propia, pasionales, de enriquecimiento para obtener testamentos beneficiosos o seguros de vida, etc. Todos los delitos están determinados por sus causas y objetivos. De ahí viene la diferencia entre un delito ordinario y uno político.

Para que existan delitos políticos o de conexividad política se exige que su origen y motivación al igual que su objetivo y producto sean políticos.

Los delitos políticos cubren todos los ordinarios, sin excepción. Incluso incluye delitos de lesa humanidad, como el caso de Hiroshima y Nagasaki donde el ejército de Estados Unidos bombardeó esas dos poblaciones civiles, sin que existiera ningún cuartel militar en ellas y sin que sus millares de inocentes habitantes fueran un peligro para los Estados Unidos. A nadie se le ocurriría llevar a la Corte Penal Internacional a ningún militar por ese crimen de lesa humanidad y crimen de guerra. Menos a cualquier militar o militante de las FARC, cuyos delitos de lesa humanidad serían menores, sobre todo dentro de la historia de violencia en Colombia con casos como las masacres de La Violencia con 300.000 muertos en diez años o las de la Guerra de los Mil Días con 180.000 muertos, para citar dos casos.

La Patria comete un error craso al desconocer que la ley a través del código penal especifica en detalle la diferencia que existe en cada crimen y entre los crímenes.

La Patria erra inocultablemente al partir de la falsa premisa de que el narcotráfico se vaya a declarar delito político.

No es al narcotráfico al que se declararía delito político sino al narcotráfico cuyas motivaciones y fines no son otros que los políticos.

Lamentablemente La Patria cae en la ignorancia crasa de creer que si la ley quiere llamar pasional al asesinato de una novia, a causa de los celos de su novio para que no esté con ninguno otro hombre, eso quiere decir para La Patria que todos los asesinatos de ahora en adelante se van a declarar que son pasionales.

El narcotráfico es un crimen ordinario, pero si no es usado para enriquecimiento personal sino que es usado con la motivación y el objetivo claros de burlarse de la ley, de postrar en la impotencia a la policía y al ejército con un plan premeditado de debilitamiento y derrocamiento del Estado y más aún cuando estos principios del uso político del narcotráfico han sido demostrados continuamente, fuera de eso, el mismo producto del narcotráfico es para financiar sostenimiento de rebeldes, insurrectos, guerrilleros o beligerantes contra el estado y se usan esas redes clandestinas también para fortalecer los arsenales contra el estado, mover militantes, prisioneros o secuestrados, para comunicaciones directas y como recurso para armar a sus militantes, entonces, a nadie le puede quedar la menor duda de que una organización política armada como las FARC, creadora del Partido Comunista Clandestino Colombiano y con un objetivo político de tomar el poder por las armas, su narcotráfico no puede clasificarse ni identificarse con ningún otro nombre que no sea el político.

La Patria desconoció crasa y vergonzosamente la clasificación de los delitos. Y como medio informativo es inadmisible y falto de toda profesionalidad que La Patria nunca se haya informado de las razones legales que el gobierno colombiano tiene dentro de la justicia ordinaria y sobre todo dentro de la justicia transicional, la única que opera en todo proceso de paz en el mundo, para la necesidad y urgencia de declarar los delitos de las FARC relativos al narcotráfico como delitos de conexión política o delitos políticos.

De no hacer La Patria un reconocimiento público de sus errores y falta de información estaría comprobando que es un periódico provincial desatendido del profesionalismo y la verdad y cuyo contenido es irresponsable y de ninguna credibilidad.


José María Rodríguez González

Autor del libro "Alerta", del estudio "Asuntos de inteligencia militar sobre estrategia contra las Farc" y de (Recomendado): "Respuesta a la Corte Constitucional sobre electibilidad de las FARC-EP"

https://josemariarodriguezgonzalez.files.wordpress.com/2014/11/respuesta-a-la-corte-constitucional-sobre-electibilidad-de-las-farc.pdf






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