CÁRCEL A LEDEZMA: LA MUERTE DE LA MUD


@aliasmalula @nituperez Cárcel a Ledezma: la muerte de la MUD "La cárcel está reservada para aquellos políticos que realmente luchan por el regreso a la democracia. Todos aquellos que hacen parte del sistema, están libres."
José Arcadio Hernández B.@arquiarc

La dictadura en Venezuela no da puntada sin hilo. Nuestra manía de subestimar al régimen siempre nos ubica un paso atrás de las cúpulas gobernantes, de los milmillonarios patriarcas del sistema que nos mantiene sumidos en esta sima maloliente.

Es incuestionable la lógica detrás de la represión en nuestro país. La cárcel está reservada para aquellos políticos que realmente luchan por el regreso a la democracia. Todos aquellos que hacen parte del sistema, están libres. Los realmente peligrosos para la dictadura han sido encarcelados, perseguidos, inhabilitados políticamente, exiliados, e incluso, asesinados.

Antonio Ledezma en términos llanos es el eslabón faltante, por diferentes razones. Su lucha fue obstaculizada primero dejándolo sin poder de mando, contraviniendo a la propia Constitución nacional, obligándolo a ser gobernante dentro de un cascarón vacío, y como nunca cesó de hacer oposición, ha terminado injustamente encarcelado.

Es Ledezma quizá el único con posibilidades reales de empoderar a la oposición. Elemento aglutinante, él y sólo él podía manejar los egos que envilecen a la MUD. Con una postura tremendamente equilibrada, jamás menospreció el poder del voto, pero tampoco el de la calle, y profesó la necesidad de ambas estrategias como imprescindibles para retornar a la democracia. No hubo un Aveledo ni hay un Chúo con semejantes capacidades. El poder de la conciliación lo tiene Ledezma.

Sin conciliación no habrá unidad. Es decir, sin Ledezma activo no habrá unidad, por lo que la MUD muere, de hecho, o se convierte en lo que efectivamente es en la actualidad: el organismo a través del cual un grupo de personajes asociados a la boliburguesía, defiende con todas sus fuerzas sus intereses, que a la vez están relacionados estrechamente con los actores principales de la dictadura que gobierna Venezuela.

Es decir, que Ledezma es, ni más ni menos, la única posibilidad real conocida de garantizar la inclusión de todos y cada uno de los factores que hacen vida opositora en el país, en lo que debería ser realmente la MUD pero que sin él, no es. La coalición que debería impulsar la transición terminó de fallecer con la prisión de Ledezma.

Quien pensaba que el régimen solamente neutralizaría al ala de la resistencia, se equivocó. No sólo ha sido silenciado el liderazgo de la oposición real, la que tuvo verdaderas posibilidades de desplazar a la oclocracia desde la calle en 2014, sino que además fue paralizado quien podía fungir como enlace comunicador entre los más conservadores (y a veces colaboradores de Maduro & Co.) con aquellos que sinceramente quieren un cambio. Junto a Ledezma, el confinamiento de dirigentes no partidistas pertenecientes a organizaciones no gubernamentales, el amedrentamiento a estos, las amenazas o el exilio forzoso nos dejan en manos de quienes jamás velarán por nuestras libertarias aspiraciones.

Ledezma es el último eslabón de la libertad. El posible presidente para la transición. Sin él, el cambio tiene rienda suelta para generarse, lamentablemente, desde el caos.

Sólo para la reflexión ¿será que a la “oposición oficial” de la MUD le convino apartarlo? Ya la historia nos contará algún día si este cuento no es otro distinto a los de puñaladas cobardes por la espalda.

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