HUNNHAIMERICH

· @HUNNHAIMERICH

26th Jul 2014 from Twittelator Pro

LOS DETECTIVES SALVAJES
Es el título de una de las más afamadas novelas de Roberto Bolaño. La policía chilena me los recuerda de vez en cuando. Toda vez que, en carreta, me los encuentro conduciendo a gran velocidad, como salvajes. Ni siquiera van en persecución, simplemente encienden sus balizas luminosas y corren, adelantan en zonas prohibidas, en doble fila, se te pegan a la cola amenazando con embestirte, como salvajes, como si fuesen camioneros desbocados. Ponen en riesgo vidas humanas. Pero seguramente eso no importa frente a las urgentes diligencias que se les habrá encomendado. Por algo correrán de es manera, pienso, como salvajes.
El resto de los vehículos debemos apurarnos a cederles el paso, o arriesgarnos a morir bajo las latas de sus imponentes y veloces camionetas.
Si los policías (y los carabineros no hacen tan mal) conducen de esa manera salvaje (insisto: sin que medie persecución algunas, pues entonces llevan la sirena a todo dar), entonces entiendo a algunos civiles, cuando también se sienten poderosos arriba de sus máquinas. Si tamañas actitudes las encontramos con frecuencia en quienes se supone debiesen ser ejemplo en el cumplimiento de las leyes, ¿entonces es de extrañarse descubrir semejante prepotencia en otros conductores?
Seguramente es entretenido jugar a policías y ladrones, pero cuando eso pone en riesgo la vida de ciudadanos habría que pensarlo un poco más. La idea es que el remedio no resulte peor que la enfermedad, y que las leyes sean cumplidos por todos, especialmente por quienes dicen ser sus custodios. Después de todo, la licencia de policía no es licencia para matar. ¿O sí?

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